martes, 25 de marzo de 2014

Un truco a favor de la economía doméstica: Las bombillas Led

Hoy en día, quien más quien menos ha oído hablar del Led, término que cada vez está más de moda dada su  relación con su versatilidad y el ahorro que genera, más que por sus características o por sus otras ventajas.
                             
La crisis, el ahorro energético y, en menor medida, la sostenibilidad de los recursos medioambientales (una causa  que sin embargo debería ser fundamental para nosotros), ha replanteado la economía doméstica de las familias, creando la necesidad de recortar los gastos en general y mirar muy bien en qué se invierte nuestro capital.

ahorro factura de la luz
Con el fin de economizar, miramos con lupa todos nuestros costes, y, entre muchas otras medidas, se ha empezado a analizar y repasar los gastos que se reflejan en las facturas de los servicios del hogar, intentando reducir a toda costa el importe que generan.

Para complicar  más la labor de llegar a final de mes, las compañías de servicios suben cada vez más el precio de sus tarifas. Entre ellas, la electricidad abrió el debate a principios de año sorprendiéndonos con el anuncio de una subida del 11%  respecto al año pasado. Menos mal que al final no fue tal, pero todos sabemos que irán subiendo progresivamente sus precios a lo largo del año.

Concretamente y concentrándonos en la electricidad, además de apretarnos el cinturón en muchos casos, si bien no podemos reducir el importe fijo de las facturas, sí podemos limitar el consumo al máximo gracias a la tecnología Led.

Si primero fueron las bombillas incandescentes por las de bajo consumo, cada vez son más las personas que optan por gastar un poco más comprando una bombilla Led y reemplazar su instalación, ya que tienen una vida útil muy superior a las anteriores, duran aproximadamente cincuenta veces más y consumen veinte veces menos que una bombilla incandescente tradicional, reduciendo considerablemente el consumo eléctrico... así que a la larga, lo que a primera vista parece más caro, es una inversión completamente amortizada y rentabilizada.

Además, teniendo en cuenta la incrementada preocupación en la búsqueda de soluciones que perseveren el planeta, gastar menos se traduce a consumir menor energía y utilizar menos recursos. Si añadimos que son bombillas que no se calientan y son ecológicas, deberían ser suficientes razones para plantearnos su uso.
Así pues, si bien no resolvemos el problema, si damos un pequeño truco para generar un menor gasto.


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